MARKET DOC

EL BLOG DEL DOCTOR MERCADO: Reflexiones atrevidas e iconoclastas sobre Marketing, Comunicación e Innovación empresarial. Un nuevo punto de vista transgresor y heterodoxo sobre cómo el consumo mueve el mundo.

30 mayo 2006

Ya está aquí la Nueva Generación de Consolas de Videojuegos

Autor: Media Blogger
Llega a los salones de nuestras casas una nueva generación de consolas.

Recordemos que hasta hace muy poco, la llegada de una nueva consola se anunciaba a bombo y platillo como un salto en el número de bits del hardware (8, 16, 32, etc…), mientras que ahora este dato permanece en el anonimato diciendo los creadores que se trata simplemente una nueva generación de aparatos de entretenimiento.

Las compañías que continúan en esta carrera que mueve anualmente miles de millones, son tres, Sony, Nintendo y Microsoft. También hay que recordar a otras compañías, como Sega, Atari, 3DO, NEC, algunas de ellas ya extintas, que abandonaron la fabricación de sus aparatos para pasar al desarrollo de software (ahora es posible ver a la mismísima mascota de la misma Sega apodada Sonic en plataformas de su antiguo némesis Nintendo).

Mientras que hasta este momento estos colosos del entretenimiento se han dedicado más a mejorar el hardware de estos aparatos que a crear alguna novedad, surge Nintendo con su revolucionaria Wii (recordemos que su nombre inicial era Revolution).

Como aparato no parece aportar ninguna novedad, aparte por supuesto de las mejoras gráficas y de sonido, pero no nos fijemos en la caja sino en los mandos. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido que comprar numerosos periféricos para nuestras antiguas consolas ya sea un volante, pistola, palo de golf o incluso una caña de pescar?. Con el nuevo mando de la Wii nos podremos ahorrar unos cuantos euros además de todo el espacio que ocupan los controladores extras. Creo que con este maravilloso accesorio Nintendo ha acertado aportando una nueva dimensión de jugabilidad. En los mandos han incorporado un sensor de movimiento que permite captar tanto los movimientos en los distintos ejes del espacio así como la velocidad, lo que nos permite desde controlar un coche o jugar al tenis hasta dirigir una orquesta cual director con batuta en mano.

Al carro de este invento parece estar sumándose Sony que anuncia un sensor de movimiento en su ya famoso y poco renovado dual shock (a ver si Sony se va a tener que enfrentar de nuevo a otra demanda de uso de patentes). Aunque el primer paso lo ha dado la poderosa compañía de Bill Gates con su XBox 360, Nintendo prevé dar el zarpazo con su Wii (salida estimada en el último trimestre del presente año) y arrastrar a esos compradores que buscan la jugabilidad ante todo además de un precio razonable por el cambio de tecnología.

Muchos de nosotros seguiremos soñando con la cámara de simulación de Star Trek; hasta entonces, confiemos en que vayan surgiendo innovaciones como la de Nintendo que aporten mayores dosis de interactividad.

29 mayo 2006

La Burbuja Inmobiliaria (¡MUY DIVERTIDO!)


Ante la gran polémica generada por el artículo “EL ORGULLO FRIKI Y EL INSTINTO DE PERTENENCIA”, me ha parecido buena idea relajar un poco la tensión (¡tranquilos chicos, tranquilos! Que la discrepancia es siempre sana y no es ni siquiera probable que el Doctor Mercado tenga siempre toda la razón) con este excelente y divertido post anónimo que me acaba de llegar... Así que, hacedme caso: poneos una tila bien calentita, un poco de música chill-out y a echarse unas risas...


LA BURBUJA INMOBILIARIA

Os saludo, vengo 328 años del futuro. Me he decidido a coger mi máquina del tiempo para contaros como van las cosas. Afortunadamente no se han cumplido las previsiones de tantos agoreros burbujistas y la vivienda en España ha seguido subiendo un 17% anual Durante los últimos 50 años, de este modo nos hemos convertido en el país mas rico del mundo, porque por ejemplo un ático en la Castellana cuesta mas que el estado de California y el palacio imperial de Tokio juntos; claro que ya nadie vive en la Castellana ni en ningún otro sitio de Madrid, por que esas casas son para invertir y no para vivir.

Yo por ejemplo aunque trabajo en Madrid me he comprado un piso de 40 metros la mar de mono en un pueblo del Norte de Burgos, que con la autovía queda a un paso (el problema del pago de aduanas por pasar de una nación a otra tampoco es tan grave... te acostumbras al uso del Pasaporte); para pagar la hipoteca nos hemos juntado con otras tres familias: un notario casado con una catedrática de universidad, un subinspector de hacienda casado con una abogada del estado y un magistrado del supremo(subcontratado a través de una ett) casado con una arquitecta.

De este modo destinamos cinco sueldos a la hipoteca y uno para vivir; estamos contentísimos con la compra porque aunque al Principio nos está costando un poco luego seguro que ni se nota, además nos hace mucha ilusión Porque desde que lo compramos hace un año ya ha subido un 17% y por si fuera poco la mujer del notario esta de buena que lo flipas.

Aunque profesionalmente no me va mal (soy director general adjunto de una multinacional, aunque también subcontratado a través de una ett) la verdad es que la inflación que sufrimos al ser el país mas rico del mundo hace que nos tengamos que apretar un poco el cinturón; de todos modos es cuestión de acostumbrarse, cuando tuvimos que empezar a comer chopped de lagartijas todos nos quejamos y ahora se le da vuelta y vuelta en la plancha y tan rico que queda. De cualquier forma, aprovechando que han bajado la edad laboral a los 14 años a ver si saco al churumbel del colegio y lo meto en la ett, que un sueldo mas seguro que nos ayuda para la hipoteca.

Mi sueldo es de 2.000 tochos netos, el tocho es la moneda que sustituyo al euro cuando nos echaron de la UE a patadas por impresentables. El tocho se cotiza a un céntimo de euro. En la caja fuerte del Banco de España ya no se guardan lingotes si no ladrillos, que en este país han demostrado ser un valor mucho más seguro y rentable que el oro.

Tras la crisis de la natalidad española la población ha quedado reducida a 5 millones de españoles y 50 millones de ecuatorianos trabajando de paletas, que han seguido construyendo 800.000 viviendas anuales (la construcción supone ya el 94% del PIB) y ahora tocamos a unas 20 viviendas por habitante casi todas vacías porque como dije son viviendas para invertir, no para vivir).

El 90% del suelo esta ya urbanizado y se plantea empezar a construir ciudades en el fondo del mar (no se puede vivir debajo del agua, así que serían ciudades nada más que para invertir). Esto es lo que en el mundo se conoce y admira como "el milagro español" y es objeto de numerosos estudios y tesis doctorales en el campo de la psiquiatría. Cada año nos visitan miles de estudiosos de la mente humana de todo el mundo. No me extrañaría que muchos de esos científicos se quedasen porque la verdad es que como en España no se vive en ningún sitio.

Y eso es todo lo que os puedo contar de lo que os espera; voy a ver si cazo unas lagartijas para cenar.

26 mayo 2006

El Orgullo Friki y el Instinto de Pertenencia


Autor: Market Doc
Se celebró ayer en Madrid un curioso evento cuyo nombre lo dice todo: “La fiesta del orgullo friki”. Al parecer, la palabreja esta proviene del inglés “freak”, que siempre ha significado “raro”, pero tendente hacia la marginalidad. Aquí la hemos debido de mezclar además con otra chorrada pronunciada igual que se puso de moda por un programa de televisión sobre fútbol (“El Friqui”). Es esa ocasión, “friqui” sería la versión española de la voz inglesa “Free quick” (es decir, “libre directo” que es, en fútbol, el saque de una falta sobre la portería contraria), y no tiene nada que ver con lo anterior.

Los ahora llamados “frikis” son individuos cuya afición desmesurada por un tema, normalmente bastante novedoso (los juegos de rol, la ciencia ficción, la animación japonesa...), los aparta de las formas convencionales de comportamiento social dentro del grupo en el que las estadísticas los incardinan, según los indicadores habituales (clase social, edad, sexo, ámbito geográfico, etc.). Como fenómeno, este de los “raritos” es netamente urbano, fruto de la globalización de la cultura y del paradójico aislamiento que, en las ciudades, vive el individuo dentro de la masa. Ni que decir tiene el gran acicate que la popularización de internet ha supuesto para estos “monstruos”.

Es famosa ya la anécdota de aquella fiesta en la que alguien presentó a dos individuos tan dispares como José Ortega y Gasset y el famoso torero Rafel Gómez “el Gallo”. El matador, que al parecer era un tipo bastante simpático, le preguntó al filósofo sobre la materia concreta de su trabajo. Ortega le contestó que era “catedrático de Metafísica”. El Gallo, no contento con la contestación, quiso saber más, preguntando en qué consistía eso de la “metafísica”, explicándole Ortega que no era otra cosa que “el estudio del ser”. Para entonces, el diestro, que ya estaba suficientemente impresionado, exclamó algo tan lapidario que ha pasado a la historia: “Hay que ver: ¡Hay gente pa’ to’!”.

Pues sí. La verdad es que hoy día nos seguimos sorprendiendo con las aficiones de algunos por asuntos que ni hemos oído mencionar, resultando aún más increíble cuando estas personas, gracias al avance de las comunicaciones, son capaces de asociarse y reunirse, formando grupos extensos. Pero los “frikis” van más allá, pues hacen de su afición un concepto central en su vida, mostrando actitudes que se pueden calificar de infantiles o más propias de adolescentes que de personas adultas (siempre a los ojos de lo que se entiende por “normalidad”, claro). Por eso, se les designa con el adjetivo de “raros”, al salirse sus comportamientos de lo habitual.

Pero, aunque sea verdad que hay “gente pa’ to’”. ¿Qué induce estos comportamientos tan extraños (además del ya referido aislamiento urbano y del auge de internet)?

Es un hecho que nuestra sociedad resulta cada día más uniforme en cuanto a los modelos de éxito y patrones de reconocimiento social, uno de cuyos aspectos más visibles es el de los hábitos de consumo. Esto es un indudable fruto de la globalización, o lo que en otra época se llamaba el “american way of life”. Hoy día, el modelo de referencia de la clase media española consiste en vivir en chalets adosados, conducir un todoterreno (cuando paradójicamente, todo es asfalto), acudir a pasar el día a los grandes centros comerciales (convertidos en “el núcleo” de ocio y compras) etc. Todo un fenómeno nuevo para este país, que emula los modelos americanos, ya extendidos por el mundo entero. Además, el éxito social parece radicar en acercarse lo más posible a ser alto, delgado, extrovertido, permanentemente joven y, si es posible, famoso (vean si no las últimas estadísticas sobre la respuesta de los niños europeos a la pregunta “qué quieres ser de mayor”. Futbolistas y modelos, por abrumadora mayoría). En la vida adulta, cuyo inicio está en la adolescencia, la necesidad de demostrar el éxito sexual constituye un factor de presión añadido, al que no todos pueden responder de igual manera (baste para comprobar este hecho uno de los “derechos inalienables del friki”, hechos públicos con motivo de la fiesta y que reza así: “Derecho a no tener pareja y ser virgen hasta la edad que sea”).

La realidad es que la sociedad impone unos patrones de comportamiento concretos, premiando a quien se integra en ellos y castigando o expulsando a quien no lo consigue. Como cumplir con estos patrones no resulta igual de fácil para todos, aquellos que lo tienen más complicado pueden, o bien esforzarse mucho o bien desistir, es decir decidir que no van a soportar más la presión y optar por el aislamiento. Sin embargo, la necesidad de pertenencia a un grupo y de conquistar el éxito social no desaparece por haber desistido conscientemente. El instinto sigue aguijoneando (pues en el fondo estamos tan bien construidos como seres sociales, que el aislamiento no forma parte de nuestra programación), de tal forma que la única opción es la de cambiar las reglas del juego, refugiándose en una realidad distinta donde el individuo encaje a la perfección. De ahí que la afición de la mayoría de los “frikis” consista en algún tema fantástico, como los juegos de rol (donde permanentemente se representa un personaje inventado) o la ciencia ficción. Si además, esto no sólo es compartido por muchos otros (con los que se ha logrado contactar), sino que se convierte en un nuevo patrón de éxito social dentro de ese grupo, el círculo se redondea.

El siguiente paso sería, claro, afianzar ese nuevo patrón delante de la sociedad en general, a la que se le guarda bastante rencor (por qué no decirlo). Esto ya lo ha conseguido el colectivo homosexual, quintaesencia de grupo oprimido. Y en ese ejemplo se mira esta iniciativa curiosa, calcando hasta el nombre de la fiesta reivindicativa.

En fin, cosas curiosas de este bravo nuevo mundo.

22 mayo 2006

Starbucks, el Aroma de una Marca


Autor: Market Doc
Si usted aún no ha entrado en una cafetería Starbucks a disfrutar de la ya famosa “Starbucks Experience”, considérese ya mismo en fuera de juego. Está usted out, desconectado, pasado de moda, y probablemente su vida social es una ruina. Bromas aparte, ¿qué persona que se precie hoy día de “estar en el mundo” no ha sido alguna vez cliente de la firma que ha reinventado el concepto de cafetería?

Casi resulta difícil de creer que el primer local de Starbucks en España se abrió hace tan sólo cuatro años (2002). A la fecha (y a esta misma hora) la cadena dispone de 50 establecimientos en nuestro país y alrededor de 11.000 en todo el planeta, con un ritmo de crecimiento de ¡cinco locales nuevos cada día!. Por cierto: si usted empieza a estar interesado, sepa que no se franquicia.

Pero ¿dónde radica el éxito de esta compañía? ¿cómo es posible que alguien haya sido capaz de reinventar una cosa tan antigua y tan habitual como una cafetería? Se puede llegar a comprender que esto haya podido funcionar en Norteamérica, pero ¡¿un americano enseñándonos a los latinos a hacer buen café?! Si nos lo dicen hace apenas un lustro, nos hubiéramos reído a carcajadas (por cierto, mientras seguíamos comprando como borregos acciones de Terra y otras puntocom, que eso sí que pintaba bien...).

El secreto: buen café, excelente construcción de marca y la convicción inquebrantable de que seguir caminos novedosos suele llevar a sitios donde nunca nadie ha pisado antes.

La compañía tiene su origen en Seattle en 1971, donde abre su primer local. No será hasta 1981 cuando su actual presidente, Howard Schultz, se incorpora a la firma, que se había convertido en un pequeño distribuidor local de café, y que Schultz terminaría adquiriendo en 1987 con la ayuda de inversores de la zona tras un revelador viaje a Milán en el que concibió la idea de trasladar a América la cultura del café espresso. Shultz transformó la compañía, asumiendo como concepto central el café de calidad, y haciendo crecer la marca a partir de esta idea.

Contado así, es posible que la cosa pueda parecer evidente y en absoluto innovadora. Esto no es nuevo: otras marcas han basado su estrategia en la calidad. Sin embargo, Shultz hace aquello en lo que nadie estaba pensando. Reflexione. Tómese un segundo y piense en las cafeterías de hace una década. ¿Realmente alguna presumía de que su café era “diferente” hasta el punto de hacer de ello su leit motiv? Y sin embargo ¿qué demonios vende una cafetería sino café? Y claro, la calidad se paga. Y si el precio es más alto, la percepción de calidad también es superior.

Ese era el primer pilar. Starbucks ha desarrollado desde entonces muy diferentes cafés y ha concentrado muchos esfuerzos en mejorar la calidad (se dice que el equipo de cata prueba cada día más de 1.000 tazas). Sin embargo, esto no era suficiente: Starbucks debía ser realmente diferente en todos los aspectos. Debía reinventar el concepto entero de cafetería (coffeshop), creando una experiencia distinta y altamente satisfactoria con el café de calidad como elemento central. Por ello, todo en un local Starbucks está dirigido a que el cliente “sienta” esta experiencia, desde el mobiliario (sillones y mesitas de salón) hasta el trato personalizado de los dependientes (que preguntan el nombre del cliente y lo escriben sobre el vaso de café, creando la ilusión de que “ese” café está siendo especialmente preparado para ese cliente concreto con absoluto mimo). Los locales son una imagen perfecta del confort y están dispuestos de manera que impide que se masifiquen. La sensación de estar “como en casa” resulta casi perfecta, y se convierten en un lugar ideal para una pequeña reunión social o incluso para trabajar relajadamente con un ordenador portátil, sentados en un sillón, como lo haríamos en nuestro propio salón. En un artículo publicado recientemente en USA Today algunos clientes habituales de Starbucks destacaron la sensación de “seguridad” que los locales de la firma les inspiran (y que será parecida a la que tienen en su casa, claro). Y esto en Estados Unidos no es poco, dada la proverbial paranoia americana.

Desde un principio, Starbucks ha tenido muy claro algo que no todos saben determinar con eficacia: cuál era su público objetivo. Los locales de la firma, situados siempre en zonas de prestigio de las principales ciudades, son un escaparate (auténtico, pues siempre presenta fachadas acristaladas, lo cual tampoco es casual) de jóvenes profesionales y estudiantes de clase media alta, con buen poder adquisitivo y encantados de pagar por un café cuatro veces su precio habitual con tal de disfrutar de la “experiencia”. Además, suelen repetir.

Vivimos en un mundo saturado de información y extremadamente competitivo, con lo que las posibilidades de generar una marca de prestigio se reducen al mismo ritmo que el consumidor se satura de mensajes que le incitan al consumo. Starbucks, sin embargo, ha conseguido crear una marca con “alma” que ya es patrimonio cultural americano y que va camino de serlo a nivel global. Y lo que es más interesante: lo ha hecho sin publicidad (¿alguien ha visto algún anuncio?), utilizando eficientemente su capacidad de generar publicity (contenido informativo no publicitario, como éste artículo) y gracias a una inteligente campaña de relaciones públicas y responsabilidad social que destila coherencia, reforzando la imagen de sinceridad y retroalimentando los valores de la marca (¿cuántos pueden decir lo mismo?).

Podríamos seguir comentando una multitud de matices, pero como con el buen café, una taza es suficiente. Si he de concluir destacando el aroma que desprende la marca, ese es sin duda el de la innovación. Nadie consigue cosas nuevas haciendo lo que hacen todos. Starbucks lo ha hecho todo diferente, pero sin perder de vista lo más evidente, la primera regla del marketing (y que tantas veces se olvida): al final lo importante es la satisfacción del cliente.

¿A que ahora le apetece un buen café?

16 mayo 2006

La Estafa Filatélica y la Trampa de las Emociones



Autor: Market Doc
Resulta curioso comprobar cómo siempre que se destapa alguna estafa, del calibre que sea, acabamos preguntándonos con verdadera curiosidad la razón por la que alguien pudo picar en semejante engaño. Una vez explicados los intríngulis del chanchullo, todo el montaje se desmorona ante nuestros ojos, pareciéndonos tan absurdo como imposible de sostener delante de cualquier adulto en posesión completa de sus facultades mentales. La única explicación plausible que se nos ocurre es achacarlo a la proverbial incultura de la España profunda, no siendo preciso hacer más comprobaciones sobre si las víctimas provienen o no de una extracción social modesta. Porque seguro que es así (eso pensamos).

Sin embargo, un análisis tan somero deja muchas cosas por aclarar. ¿Es realmente cierto que los casi 400.000 españoles presuntamente estafados por las sociedades Afinsa y Forum Filatélico son analfabetos, incultos y de clase baja? Los empleados (también afectados, no lo olvidemos), en muchos casos son universitarios y hasta en posesión de títulos de postgrado. ¿Cómo es posible que los empleados no supieran nada? ¿Es también achacable esta incultura a los responsables de las empresas auditoras y miembros de las Administraciones Públicas competentes, que durante más de una década fueron incapaces de destapar el presunto fraude?

La realidad es que el hecho de determinar la manera más segura de realizar una inversión de capital, no debería requerir unos estudios muy avanzados (y, visto lo visto, tampoco parece que tenerlos sirva para mucho), sino que debería bastar con aplicar unas sencillas reglas de sentido común, en muchos casos recogidas desde muy antiguo en refranes populares. A saber:

1.- Nunca invierta en un producto que desconozca: ¿cuántos de los afectados entienden realmente de filatelia y son capaces de determinar el valor de mercado de un sello?

2.- Nunca especule con el dinero que necesita: en este caso, uno de los aspectos cruciales del presunto fraude ha sido el de disfrazar que, en realidad (y en el mejor de los casos), se trataba de una inversión especulativa, al ser la filatelia un mercado fluctuante (como la Bolsa) sin garantía de rentabilidad.

3.- Nunca ponga todos los huevos en la misma cesta: es decir, diversifique. Hay muchas personas en este caso que aseguran que todos los ahorros de una vida estaban invertidos en sellos.

4.- Desconfíe. Nadie da duros a peseta: Afinsa y Forum “aseguraban” rentabilidades del 6% y del 8% cuando los bancos difícilmente ofrecían mucho más allá del 3%.

Si esto parece tan razonable ¿cómo es posible que estas sociedades hayan estafado durante tanto tiempo a tantas personas? La explicación que pretendo dar hoy aquí desmonta una de las asunciones sobre las que se basa el planteamiento de los modelos en Teoría Económica: el consumidor/inversor es un ser racional.

Es preciso ir más allá de las matemáticas y adoptar una posición ecléctica, que integre también a la psicología en el juego, para poder ofrecer una explicación lógica a comportamientos teóricamente ilógicos, que no pueden tampoco ser comprendidos desde otro de los axiomas de los modelos económicos: el perfil de aversión al riesgo (esto es, la mayor o menor propensión a arriesgar su dinero que cada inversor posee).

Porque la decisión de los afectados por la presunta estafa filatélica, no tiene que ver con el hecho de asumir mayor o menor riesgo, sino de no poder percibirlo. Y en esto influye lo que algunos científicos modernos están estudiando cada vez con mayor interés: la imposibilidad de aislar el factor emocional en la toma de decisiones.

En este sentido, recomiendo la lectura de la entrevista que Eduardo Punset realizó a Antonio Damasio, neurólogo de la Universidad de Iowa y uno de los mayores expertos en este campo (http://www.rtve.es/tve/b/redes/semanal/prg169/entrevista.htm). Damasio asegura que: “en vez de ver la emoción (...) como las capas separadas de un pastel, lo que pasa en realidad es que nos encontramos con la emoción interfiriendo con la razón, y la razón modificando la emoción”. Otro interesante punto de vista en este sentido, muy de moda últimamente, es el abordado por Daniel Goleman en el best seller “La Inteligencia Emocional”. ¿Pero cuál es el factor emocional que nos lleva a asumir decisiones aparentemente tan incorrectas como invertir todos nuestros ahorros en sellos de correos, sin poder siquiera verlos o tocarlos, careciendo de cualquier noción sobre filatelia, y creyendo a pie juntillas que el Forum Filatélico es una empresa mucho más eficiente que cualquier banco?

Los expertos en marketing conocen muy bien que la batalla de la mercadotecnia “se libra en la mente del consumidor” (Trout & Ryes). Aquí influyen una serie de factores emocionales como la credibilidad en el emisor de la información o los modelos de referencia. La credibilidad en la fuente es un curioso fenómeno emocional que nos lleva inconscientemente a considerar como más fiables unas fuentes que otras, pero no en función de unos criterios exclusivamente racionales, sino emocionales en la mayoría de los casos. Tendemos a fiarnos más de lo que nos cuente un buen amigo (aunque sea lego en esa materia) que de lo que podamos escucharle a un determinado informante a quien no conocemos, por muy erudito y versado que pueda ser. Esto se traduce en las famosas campañas “boca a boca” (¿no sería más correcto decir “boca a oreja”) tan conocidas en el mundillo cinematográfico, o en el famoso slogan “cuéntaselo a un amigo”. El otro factor emocional de importancia es el de los modelos de referencia, uno de cuyos resultados es el del consumo por imitación (¿a quién no le ha pasado lo de encontrarse tan a gusto con su coche hasta que el vecino aparece con un último modelo?).

Estas trampas psicológicas son los auténticos caballos de Troya de los que se valen algunos sinvergüenzas para cometer sus fechorías. Los modelos comerciales de Forum y Afinsa (extraordinariamente capilarizados, por cierto) fomentaban mediante incentivos la recomendación entre amigos y estimulaban la comezón de la envidia por los rendimientos que algunos estaban consiguiendo. Si toda esta artimaña psicológica se reviste (como así ha sido) de una apariencia legal (“contratos de inversión en valores filatélicos”, sic) y financiera bastante bien elaborada, la estafa está servida sin necesidad de que los perjudicados sean analfabetos ni mucho menos.

Sin ir más lejos, la famosa burbuja de la New Economy tiene grandes similitudes con el engaño de los sellos. Y allí cayeron grandes gurús de la economía, analistas de importantes bancos de inversión, miles de firmas de bolsa y, evidentemente, millones de pequeños accionistas.

Dicen que en los negocios conviene hacer caso a nuestro instinto. Aunque quizá no demasiado.

12 mayo 2006

¿Es el libro un producto obsoleto?



Autor: Market Doc

En mi artículo sobre las revistas de televisión (11 de Mayo de 2006), el doctor House incluía un acertado comentario sobre lo alarmante del mensaje que las estadísticas de lectura nos permiten inferir. Al parecer la gente de este país ya no lee, lee muy poco, o son muy pocos los que leen. Pero no van por aquí los tiros de este artículo (dejemos al doctor House este tema tan preocupante), sino más bien por la indagación acerca de si las novedades tecnológicas acabarán por cubrir por medio de nuevos inventos la necesidad que hoy cubre el libro impreso.

Desde finales del siglo pasado, se han ido sucediendo una serie de proyectos (no demasiado conocidos por el público en general) encaminados directamente al desarrollo de una serie de materiales capaces de sustituir el papel impreso por un nuevo soporte que incluye nuevas funcionalidades y ventajas. Concretamente, estoy hablando del papel y de la tinta digitales. Quien no me crea, no tiene más que visitar la página web de la empresa E INK (www.eink.com).

La aplicación práctica de estos avances se concreta en lo que puede ser una revolución sin precedentes: el libro digital (e-book; ver imagen del dispositivo desarrollado por Sony y ya lanzado comercialmente en Japón este abril). Se trata de auténticos ordenadores del tamaño de un libro de bolsillo, que incorporan pantallas con todo el aspecto de una hoja de papel, donde poder visualizar no sólo un libro, sino bibliotecas enteras. Las ventajas principales: las pantallas no son reflectantes (con lo que se elimina el cansancio visual que nos producen las pantallas de nuestras actuales computadoras, móviles o palms); un solo e-book puede almacenar en memoria bibliotecas enteras o conectarse a internet y descargar cualquier documento; además, el e-book incorporará herramientas de búsqueda (capaces de encontrar cualquier texto en fracciones de segundo) o sofisticados traductores.

Se acabó el almacenar en nuestras menguantes viviendas modernas estanterías enteras llenas de libros que se estropean. Se terminó el ir a la escuela o a la Universidad con una mochila que les destroza la espalda a nuestros hijos. Ni un minuto más perdido en buscar ese libro perdido o descatalogado que tanto necesitamos.

Se ha repetido hasta la saciedad que el libro es un producto perfecto (=que no puede ser mejorado sustancialmente) y se ha apoyado esta idea con el hecho de que no ha cambiado demasiado en seis siglos. Pues bien, permítaseme sostener en este foro que el fin de la era Guttemberg ha llegado y esto sí que va a conllevar un cambio sustancial en la forma de producción y distribución del libro. Sostengo abiertamente que muy pronto, el libro de papel será exclusivamente un objeto de colección tal como hoy lo es el disco de vinilo.

Sin embargo puede que haya bastante verdad en la idea de que el libro es un producto perfecto, porque no se me ocurre de qué manera el libro digital puede cambiar el amor que tenemos por la lectura ni nuestra manera de consumirla.

Aunque seamos unos pocos.

11 mayo 2006

Auge y Caída de las Revistas de Televisión



Autor: Market Doc

El diario La Razón publica hoy una columna de opinión cuyo autor es Ángel Valle acerca de la debacle que las revistas de Televisión han sufrido en los últimos años. Una gran parte de los españoles que hoy tenemos más de treinta años, recordaremos haber visto semana tras semana la revista Teleprograma por el cuarto de estar en aquellos años setenta y ochenta, en los que sólo había dos canales, que llamábamos el “normal” y el “UHF”. Y es que aquella publicación era algo más que una revista: se trataba ni más ni menos que de toda una guía de acontecimientos, en los que perderse alguno de los importantes podría equivaler a hacerse merecedor al ostracismo social a la mañana siguiente en el trabajo o en el colegio. Siento incluso nostalgia cuando recuerdo cómo jugaba con mis hermanos a aprendernos la programación de la semana y a recitarla sin mirar el TP. Ganaba el que menos fallos cometiera acertando con títulos y horario. Y siempre ganaba mi hermano César.

Y ese, sin duda, era el éxito de la revista TP y de otras que surgieron posteriormente. No coincido con Ángel Valle en que la caída de circulación y ventas de estas revistas se deba al auge de internet ni a la contraprogramación de las cadenas. Esto quizá sea un factor añadido, nada favorable, desde luego, pero no el definitivo.

El motivo fundamental que inicia la crisis de estas publicaciones es el cambio en la función social de la televisión en España con la aparición de las canales privados y autonómicos. Hasta entonces, la televisión de dos canales era la televisión acontecimiento. Al no existir otra oferta y ser el medio de entretenimiento más influyente por su cobertura, las emisiones de RTVE se convertían en un evento sociocultural imprescindible que todos veían y comentaban. Las guías de televisión eran un auténtico oráculo social que había que consultar por obligación. La llegada del resto de canales transforma a la televisión, que se convierte en un potpurrí de opciones donde siempre hay algo que ver, y donde perderse algo ya no resulta tan importante, pues es muy seguro que más de la mitad de la gente, también se lo habrá perdido (hoy día, los programas líderes de audiencia difícilmente sobrepasan el 30% de share, o sea que sólo 3 de cada 10 que vieron la tele, estaban viendo ese programa líder).

Por esto mismo, la revista de televisión deja de ser el oráculo insustituible. Descanse en paz.

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